En la medicina china el psiquismo y los órganos de nuestro cuerpo guardan estrecha relación, en cada órgano existe una energía vital específica pero también existe una energía mental que surge de cada órgano.
La comprensión de la medicina China sólo es posible si hay cierta concepción filosófica.
Un primer asunto bastante complejo es que el pensamiento chino predominante es también radicalmente diferente al pensamiento occidental. Los occidentales pensamos en términos de causa y efecto, (por ejemplo: esto más esto produce esto), la causa y el efecto siempre están en el concepto de tiempo lineal, para occidente existe un presente un pasado y un futuro, nosotros pensamos en términos causales.
Los patrones duraderos de carácter y comportamiento dejan una impronta en los sistemas orgánicos energéticos, y el organismo va a resistir los esfuerzos mejor intencionados para cambiar dichos patrones, a no ser que los propios sistemas energéticos se incluyan en el programa terapéutico.
De esta manera cualquier alteración del ying y el yang generarían un »desequilibrio» o »discordancia» , el estado de salud sería recuperar el equilibrio o bien la armonía.
Esta armonía se ve como uno de los fines más importantes para trascender. Los conceptos Taoístas, buscan una forma de armonizar o fluir dicha armonía y trascendencia.
Tao es el nombre global que se da al orden natural, uno de sus objetivos es enseñar al hombre integrarse en la naturaleza, enseñarle a fluir, a integrarse a sí mismo en concordancia y armonía.
Enseñar a compenetrarse con esta naturaleza y armonía de tal modo que llegue a experimentar en su propio cuerpo sus ritmos vitales. Sintonizándose el cuerpo humano mediante una serie de ejercicios con estos ritmos, ganando así serenidad mental y energía física.
Por lo tanto, las culturas orientales subrayan de manera enfática esta relación serenidad mental y energía física.
En la estructura cultural de la china no hay una idea lineal del tiempo, ellos tienen un concepto que la mejor representación sería la de un espiral, donde todo influye sobre todo, por lo tanto no hay causa ni efectos. Ya hay entonces una forma distinta de pensar, porque ya hay una forma distinta de ver el mundo.
