Parece que el final de la crisis sanitaria podría estar más cerca; o al menos, el final de las restricciones más severas impuestas para protegernos del contagio por coronavirus. Puede que podamos salir a la calle y movernos con libertad gracias a las vacunaciones masivas y disminución del número de afectados por la Covid-19, pero ahora toca trabajar en las consecuencias, porque el coronavirus no solo ha dejado experiencias cuando menos traumáticas para parte de la población, sino que muchos ahora tienen otro problema: el deterioro de su salud mental.
La pandemia por COVID-19 es una emergencia de salud pública de preocupación internacional, con impactos sin
precedentes en el siglo XXI y hoy representa un gran desafío a la salud mental. Estudios en epidemias anteriores han revelado una profunda y amplia gama de consecuencias psicosociales a nivel individual y comunitario durante los brotes.
¿Cómo nos afecta la ansiedad?
Vivimos en una rutina constante de ir y venir, de mantenernos ocupados en el trabajo, con las amistades, en el deporte, juegos, cine, comidas o convivios en restaurantes, etc.. En todas y cada una de las actividades que tenemos día a día y la mayoría de ellas, por no decir todas, son en contacto con el exterior, lo que nos lleva a vivir en un mundo externo a nosotros mismos, lleno de prisas, a la corre y corre, a tal grado que no tenemos tiempo o no deseamos detenernos a reflexionar en lo que se piensa o se siente realmente, en esos momentos.
En la situación actual de confinamiento global en el hogar, la mayoría de las personas están expuestas a situaciones estresantes sin precedentes y de duración desconocida. Esto puede no solo aumentar los niveles de estrés, ansiedad y depresión durante el día, sino también interrumpir el sueño.
Es importante destacar que, debido al papel fundamental que juega el sueño en la regulación de las emociones, la alteración del sueño puede tener consecuencias directas en el funcionamiento emocional al día siguiente. Al repetirse día tras día provoca que cada vez que vayamos a dormir nos activemos aun mas por el miedo a no poder descansar al menos unas horas.
Esta limitación en nuestro sueño realimenta la ansiedad. Nuestros miedos a no rendir, la sensación de cansancio crónico y la auto observación de no tener controlado este problema favorece este cuadro persistente de insomnio y ansiedad. Siendo así un problema sintomático que mantiene el problema origen.
¿Qué hacer para mitigar la ansiedad durante la pandemia?
Pese a eso, frente al COVID-19, lo que si podemos hacer es:
- Contar tus bendiciones, haz un recuento, enfócate en lo positivo, lo que tienes y no en lo que no tienes: vida, salud, familia, amigos, trabajo, economía, etc.
- Disfrutar la vida, solo tienes una. Las limitaciones te las pones tú, en tu mente. Nos hemos limitado a realizar acciones tan simples como disfrutar de la familia, de los hijos, esposa, abuelos, de las actividades con ellos, por el simple hecho de habernos limitado, a nuestros espacios.
- Reforzar tu sistema inmune, alimentando sanamente tu cuerpo tanto física como emocionalmente.
- Aliarte con tu mente. Rescata tus recuerdos positivos. Medita.
- Conocerte a ti mismo, interiormente. Escucha esos pensamientos, sentimientos, descubrirás que es momento de hablar con ellos, resolver lo que se tenga que resolver.
- Ejercitándote
- Manteniendo contacto con tus seres queridos, a través de llamadas, video llamadas, etc.
- Esto te llevará a estar en paz contigo mismo.
Todas estas acciones, te llevarán a estar en paz contigo mismo. En una palabra, VIVE, a pesar de las circunstancias y no permitas que esas limitaciones físicas, te limiten mentalmente.