¿Qué hago si recibo un diagnóstico?
Cabe destacar que, el diagnóstico no es la persona, ni la persona el diagnóstico. Este solo nos sirve para manejar pautas dentro de las sesiones de terapia y tener una mayor comprensión entre profesionales de la salud mental, así como generar tranquilidad y comprensión, ya que tendremos mayor información sobre ciertas conductas desadaptativas y/o disfuncionales.
Entonces, haciendo referencia al primer punto referido en el párrafo anterior, es importante mencionar que: trazar un mapa con el paciente, compartir la conceptualización, mostrarle los diagramas, realizar análisis de su conducta, antecedentes, consecuentes, etc., le permite ser más activo en su proceso terapéutico y colaborar activamente comprendiendo también de qué forma mantiene sus síntomas; por ejemplo, y ser un colaborador en su terapia, y no una persona pasiva que escucha supuestos significados de sus problemas o síntomas, con los cuales obtiene la promesa eterna de ser curado.
Entonces ¿A qué nos referimos con humanizar los problemas?
Significa personalizar la atención, porque detrás de cada diagnóstico hay una persona que está viviendo su experiencia de una manera determinada y tiene que incorporarlo en su vida.
Hay cosas que no se pueden sustituir, como es la presencia de un ser humano ante los pacientes que están sufriendo dolor: una mirada, unas palabras, sonreír, mostrar calidez, escuchar, tener empatía y comprensión de la situación del otro.
En el fondo, humanizar constituye el compromiso ético de considerar a la persona en su totalidad. Y una visión integral necesita de las habilidades necesarias para entrar en el mundo personal y particular de la persona a la que se quiere acompañar, identificar y movilizar en ella no solo los problemas y necesidades, sino también su mundo: recursos, habilidades y valores que pueden permitirle trabajarse a sí mismo y ser el mayor protagonista del proceso de cambio.
¿Qué podemos hacer al respecto?
- Debemos afrontar el diagnóstico. Saber que se tiene un diagnóstico psicológico abre la puerta a cambios importantes en la autoimagen, las perspectivas de futuro, las rutinas diarias, etc. Las reacciones más habituales son el miedo, la tristeza, la rabia y la incertidumbre. En este momento el apoyo psicológico se centra en ayudar al/a la paciente a expresarse y normalizar las reacciones emocionales, en esta fase también facilitamos la comprensión de la información y intentamos deshacer falsos mitos que podrían crear miedos infundados.
- Facilitar la comunicación familiar. Es habitual que el/la paciente quiera hablar de algún tema que le preocupa (miedo al cambio, etc.) y los familiares lo rechacen porque no saben cómo abordarlo, o al revés. O que para evitar hacer daño a otra persona, se callen ciertas cosas, que terminan afectando las relaciones personales. Es por ello que, se debe promover la comunicación basada en el respeto para mejorar el clima familiar y resolver posibles tensiones.
- Abordar el tema con amigos. Son una fuente importante de apoyo social. La ayuda en este punto consiste en decidir qué información se da a cada persona y en facilitar herramientas de asertividad: saber responder a las peticiones positivas y las negativas manteniendo el respeto y la dignidad.