Estilos de crianza y su repercusión en el desarrollo socioemocional en niños y adolescentes

Los estilos de crianza cumplen un rol protector o perjudicial en el desarrollo socioemocional de los niños y adolescentes, debido a que cada uno presenta una serie de características o medidas que los padres utilizan para guiar o instruir a sus hijos. En la actualidad, se enfatiza el cambio de paradigma sobre una crianza “Autoritaria” a una “Positiva o asertiva”, ya que con el paso del tiempo se ha evidenciado lo maravilloso que puede ser una crianza que tenga como base la adecuada comunicación, amor, respeto y límites establecidos.

En relación a lo anterior, es necesario enfatizar que los estilos de crianza son básicamente la relación entre madres y padres con hijos o hijas. Actualmente, muchos padres crean su propio estilo, consecuencia de una combinación de diferentes factores: su propia historia, experiencias, culturas, los modelos vividos, las características de los niños, los factores socioeconómicos de la familia y su contexto, entre otros. Y para comprenderlo mejor diversos estudios han categorizado estas acciones de crianza en cuatro tipos posibles: Inicialmente está el estilo de crianza tradicional autoritario, donde el padre impone y el hijo obedece, basándose en controles estrictos, restricciones de comportamiento, poco apoyo emocional y lazos afectivos, por otro lado, se encuentra el estilo permisivo, el cual se caracteriza por la ausencia de límites y normas con presencia de afecto, asimismo el estilo negligente, la cual carece de afecto y normas, básicamente es un estilo donde los padres están ausentes, por último, se encuentra el estilo democrático/positivo, siendo esta la más adecuada, ya que promueve la independencia de los hijos, estableciendo normas claras de comportamiento, escuchan, apoyan emocionalmente y brindan afecto.

En relación a lo anterior, se puede evidenciar que los estilos de crianza juegan un papel importante en el desarrollo de los niños, porque influye en la forma en que un padre interactúa con su hijo y, así, sienta las bases para el desarrollo social y emocional.

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