El poder de nuestra mente: Creencias irracionales

En 1962, Albert Ellis formuló una teoría a través de la cual las emociones que tenemos están influenciadas por una serie de creencias irracionales o esquemas, que de algún modo rigen nuestra forma de interpretar la realidad. 

De hecho, si algo tienen inherente las creencias es que nunca las ponemos en duda, no buscamos una comprobación empírica, sino que por lo general son inferencias arbitrarias que nos llevan a una rigidez mental que nos limita nuestro concepción del mundo.

¿Qué son las creencias irracionales?

Una creencia irracional es un pensamiento, y/o concepto mental que llevamos en nuestra vida diaria, son irracionales porque incluyen exigencias excesivas hacia nosotros mismos, los demás y el mundo, y al esperar tanto de todo, acabaremos decepcionados la mayoría de las veces, o nos vamos a frustrar porque no somos perfectos como “deberíamos“.

Para lograr entender, por qué los pensamientos irracionales nos pueden perturbar emocionalmente, es interesante que conozcamos el modelo ABC propuesto por Ellis:

  • La A hace referencia a los acontecimientos que suceden. Es decir, son hechos objetivos. 
  • La B (believes) hace referencia a las creencias que determinarán cómo nosotros interpretamos el suceso A. Estas creencias pueden tener una base más o menos racional, pero siempre influirá en la C.
  • Esta C son las consecuencias. Consecuencias que tienen una vertiente emocional y otra conductual.

¿Es posible dejar de tener pensamientos irracionales?

La respuesta es depende. Lo cierto es que aparecen de forma espontánea pero que a medida que las creencias irracionales disminuyen la interpretación de la realidad va siendo modificada. La clave es detectarlos para poder ampliar y expandir nuestra mente de manera que no influyan ni en nuestras emociones ni conductas.

Los humanos tenemos la capacidad de poder elegir cambiar pensamientos y conductas disfuncionales. Con esfuerzo, podemos cambiar de forma de pensar, y por lo tanto eliminar emociones negativas. Pero para ello tenemos que ser capaces de observar estos pensamientos: debemos tratar de ser conscientes de lo que pensamos. Recuerda que no son los acontecimientos los que causan las emociones, sino la manera en que pensamos.

Un autorregistro puede ayudarte a detectar estos pensamientos. Si estás con malestar apunta qué ha pasado para que estés así, qué has pensado y cómo te has sentido. Si lees estos registros fuera de ese estado de ánimo negativo puede que te des cuenta de que eran exagerados, o que hasta ese momento no eras consciente de que te decías eso a ti mismo.

Recuerda que no es la realidad la que nos afecta, sino la interpretación que nosotros hacemos de ella.

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