Países del mundo entero han atravesado circunstancias complicadas durante varias décadas, sin embargo, la pandemia del Covid-19 ha traído mucho más dolor que cualquier suceso pasado. Las muertes intempestivas de seres queridos, vecinos y/o conocidos ha dejado una huella enorme para muchos de nosotros.
El duelo patológico conocido por ser aquel duelo no resuelto a lo largo del tiempo, tienen características muy particulares, y es que es el periodo prolongado no proporcional a la pérdida lo que lo distingue. Cabe recalcar que el duelo por sí mismo no es algo “malo”, sino una etapa natural de la vida, claro que aceptar que alguien a quien apreciábamos mucho ha fallecido no es tarea fácil, pero en una situación inusual como lo es la pandemia del COVID, la muerte en sí ya supone un evento aún más trágico.
Es importante conocer que incluso la falta de comunicación y de interrelación con nuestros pares puede aportar a la adquisición de complicaciones psicológicas más severas; al no atravesar por el proceso de duelo adecuado, podemos llegar a tener consecuencias a futuro, como lo son las enfermedades psicosomáticas, cardiovasculares, ansiedad, depresión, estrés postraumático y suicidio. Por supuesto que la duración del duelo va a depender de la situación y de cada persona en particular, pero si el proceso de recuperación no comienza a lo largo del segundo año tras la pérdida, podríamos hablar de que, efectivamente, podemos tener un duelo patológico.
Asociado a lo mencionado anteriormente, un factor igual o más importante ante la pérdida es el sentimiento de culpa; aquello ocurre generalmente cuando ante el contagio inevitable del COVID pudimos haber llevado el virus a casa. Asimismo, hablar de duelo también significa perder oportunidades, como lo fue el cerrar muchos negocios ante la crisis económica del país, aquello lo podemos llamar también como una pérdida grande ante los objetivos y metas que queríamos cumplir en su momento.
Hoy por hoy, muchas personas necesitan de ayuda profesional para poder sanar y superar con el tiempo aquella pérdida tan importante en sus vidas, no debemos olvidar que cada pérdida a la que nos enfrentamos en nuestra vida despierta el dolor de las anteriores, pero también nos ayuda a recordar y recuperar los recursos que hemos construido para afrontarlas. Curar aquella herida de manera sana tendrá una repercusión fundamental a lo largo de nuestra vida.
