Enfrentar la pérdida de un amigo cercano o un familiar podría ser uno de los mayores desafíos que podemos enfrentar, ya que puede ser particularmente dolorosa. Muchas personas creen que el duelo es una sola ocasión, o un breve período de dolor o tristeza en respuesta a una pérdida, como las lágrimas derramadas en el funeral de un ser querido.
Sin embargo, esto incluye todo el proceso emocional de lidiar con una pérdida y puede llevar mucho tiempo. Este involucra una amplia variedad de emociones, acciones y expresiones que ayudan a una persona a sobrellevar la pérdida de un ser querido.
Las investigaciones muestran que la mayoría de las personas pueden recuperarse de la pérdida con el tiempo si pueden contar con el apoyo de los demás y mantener hábitos saludables. Si tomamos en cuenta que la mayoría de nosotros puede superar la pérdida y continuar con nuestras vidas, nos damos cuenta de que los seres humanos, por naturaleza, tenemos una gran capacidad de resiliencia.
¿Cuáles son las 5 etapas del duelo?
*Negación: Esa negación puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor, pero esta etapa no puede ser indefinida porque en algún momento chocará con la realidad.
*Ira: En esta fase son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.
*Negociación: En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si…? o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?
*Tristeza: La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido. Algunas personas pueden sentir que no tienen incentivos para continuar viviendo en su día a día sin la persona que murió y pueden aislarse de su entorno.
*Aceptación: Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.
¿Cómo continuar con la vida?
*Hable sobre la muerte de su ser querido con amigos y colegas para poder comprender qué ha sucedido y recordar a su amigo o familiar. Negarse que ocurrió la muerte lleva al aislamiento fácilmente y puede a la vez frustrar a las personas que forman su red de apoyo.
*Acepte sus sentimientos. Después de la muerte de alguien cercano, se puede experimentar todo tipo de emociones. Es normal sentir tristeza, rabia, frustración y hasta agotamiento.
*Cuídese a usted y a su familia. Comer bien, hacer ejercicio y descansar le ayudará a superar cada día y a seguir adelante.
*Ayude a otras personas que también lidian con la pérdida. Al ayudar a los demás, se sentirá mejor usted también. Compartir anécdotas sobre los difuntos puede ayudar a todos a lidiar con la pérdida.
*Rememore y celebre la vida de su ser querido. Enmarcar fotos de momentos felices que vivieron juntos, ponerle su nombre a un nuevo bebé o plantar un jardín en su memoria. La elección es suya — sólo usted sabe cuál es la forma más significativa a su mismo de honrar esa relación única.
Si siente que sus emociones le abruman o que no puede superarlas, quizás hablar con un profesional de salud mental calificado como un psicólogo le podría ayudar a lidiar con sus sentimientos y recuperar el rumbo para salir adelante.
Alcanzar la etapa de la aceptación y adaptarse a la perdida no significa que todo el pesar termina. El duelo por el que se atraviesa cuando se pierde a alguien que era muy cercano incluye la pérdida del futuro que esperaba tener con esa persona. Esto también necesita enfrentarse como parte del luto. La sensación de pérdida puede durar por décadas.
Por ejemplo, años tras la pérdida de uno de los padres, la pena por la ausencia de la persona puede aún ser recordada por un evento en el que normalmente la persona fallecida estaría presente. Esto puede ocasionar que las personas vuelvan a sentir emociones fuertes, lo cual puede hacer necesario procesar el luto de otra parte de la pérdida.