Tener un niño o niña en casa es motivo de aprendizaje, a quien está presente le llama la atención como poco a poco van formando su conocimiento acerca de diferentes temas, ya sea, el relacionar objetos con palabras, juegos y su desenvolvimiento en público. Al mencionar aprendizaje, hay que entender bien el significado, que va más allá de obtener conocimiento, sino por su parte es procesar y comprender lo aprendido para poder replicarlo a futuro.
Dentro de los 0 a 3 años, conocido como la primera infancia, se desarrolla las bases del crecimiento de los niños para su futuro, teniendo en cuenta su nutrición, protección y sobre todo la estimulación para que su cerebro tenga un correcto desarrollo. Por ello, el aprendizaje significativo nos propone una nueva forma de educar a nuestros niños con herramientas en base a sus necesidades, es así como se brindan dos metodologías para este aprendizaje.
Primero, contamos con la pedagogía Reggio Emilia que busca incentivar la experimentación para obtener el conocimiento y generar la creatividad como potenciador de sus capacidades del menor. Dentro de esta práctica se requiere poner al niño o niña como protagonista de su propio aprendizaje en conjunto con sus procesos cognitivos y motivación. Por otra parte, la familia tiene un rol activo en las vivencias cotidianas de los pequeños de casa y son determinantes para su aprendizaje.
Finalmente, otro pilar de este tipo de aprendizaje es el método Montessori que promueve la educación mediante el juego; se incentiva que las aptitudes del niño se pongan en práctica a través de la exploración, autodirección, colaboración, comunicación e imaginación. Se le pide que a los que acompañan al menor en está etapa, tanto padres como maestros, puedan hacer uso de materiales más naturales elaborados con madera.
