El acoso laboral, popularmente conocido con el término de mobbing, se define como el conjunto de acciones continuadas de violencia psicológica injustificada (insultos, humillaciones, menosprecios, aislamiento, difusión de rumores, etc.), y a veces incluso física o sexual, que superiores, compañeros de trabajo o la propia empresa ejercen sobre la víctima.
Generalmente el acoso laboral se ejerce sin que haya testigos, aprovechando encuentros personales para verter amenazas o insultar, difundiendo falsos rumores, menospreciando el trabajo realizado por la víctima, sobrecargándola de trabajo o asignándola tareas intrascendentes alejadas de su capacidad profesional, sometiéndola a medidas disciplinarias por hechos inexistentes o banales, aislándola de sus compañeros, obstaculizando su vida familiar con horarios abusivos o negándola permisos y vacaciones en fechas adecuadas.
Características principales
La metodología que utilizan los actores encargados de ejercer mobbing en la empresa puede ser variada. Por ejemplo, la difusión de rumores para favorecer la marginación de la víctima (incluso fuera del trabajo) y para dificultarle la vida dentro de la organización; o bullying y humillaciones delante de otros empleados.
Sea cual sea el comportamiento que se lleve a cabo, el resultado es daño psicológico y emocional para la víctima. Las mujeres, los trabajadores más jóvenes y los de más longevidad tienen un riesgo elevado de sufrir mobbing, este se acrecienta en sectores como los servicios, la salud y la educación.
El impacto psicológico en las víctimas del acoso laboral
- Deterioro de la autoestima y de la confianza en sí mismo, tanto a nivel personal como laboral
- Sentimientos de culpa
- Insomnio
- Hipervigilancia
- Fatiga
- Cambios en el estado de ánimo
- Dificultades de concentración
- Depresión
- Ansiedad
¿Qué hacer en caso de sufrir mobbing?
- Poner la situación en conocimiento. Es necesario comunicar al departamento de prevención de riesgos laborales o al superior para que tenga conocimiento del caso.
- Búsqueda de apoyo psicológico. Debido al daño psicológico y emocional que ha sufrido la víctima, en muchas ocasiones es necesario acudir a un psicólogo para recuperar el bienestar.
- Judicialización del caso. Es importante tener claro que es complicado reunir pruebas por distinto motivos (no existen evidencias físicas, no hay pruebas escritas o los compañeros no se comprometen por miedo a las represalias), pero la denuncia del acoso se prueba a través de cualquiera de los medios admitidos por el derecho, sea confesión, documentos, testigos, peritos, etcétera. Por lo tanto, será necesario reunir documentos, informes médicos y buscar testigos.